miércoles, 12 de noviembre de 2014

Jaula.

El lobo se acercó nuevamente a los barrotes. Los escudriñó y encontró la jaula tan infranqueable como antes.

Resignado, se alejó otra vez rumiando su envidia por lo que había del otro lado de la reja: constante comida y protección sin dar a cambio el más mínimo esfuerzo.

Wolf Eyes de Akiko Watanabe

domingo, 28 de septiembre de 2014

No quiero una casa limpia.

No quiero una casa limpia.
En todo caso, que sea una casa limpiada.

Limpiada después del barro seco en el piso que queda de tanto entrar y salir atendiendo a mi jardín.
Después de los restos de comida en la cocina por esos platos con los que experimento mezclando sabores, después de la olla de cocinar cebada que huele a lúpulo por la última cerveza que preparé.
Después del baño que huele al shampoo que usé para lavar mi pelo, después de la galería sembrada con arena y lombricompuesto de los cajones en los que sembré.
Después de la mesa de pool con los tacos apoyados del juego que todavía no pude terminar, después del escritorio con el vaso lleno de agua coloreada por acrílicos del dibujo que estoy haciendo, después del taller con aserrín y aguarrás en una lata porque todavía hay un pincel en remojo.
Después del dormitorio con alguna que otra ropa fuera de lugar porque subí corriendo a buscar mis jeans que tiene las rodillas sucias para seguir haciendo cosas.

Quiero una casa vivida, no impecable. Que tenga que limpiarla para que no esté sucia.
Pero no quiero una casa limpia.

jueves, 12 de junio de 2014

Mis lejanos pies.

Ayer mismo me encontré pensando "¡Qué lejos están los pies!".

Claro, llega el invierno y se me congelan. Pero lejos... ¿lejos de qué? Si son parte de mí ¿cómo pueden estar lejos? ¿Lejos del corazón que les envía sangre? ¿Lejos de mis manos para frotarlos y darles calor? ¿O lejos... de mí?
Y esto me hizo pensar, como tantas otras veces por tantos otros motivos ¿qué es exactamente lo que en esencia yo considero que es "yo"?

Más precisamente (y poco originalmente): ¿Qué hace que una persona sea esa persona?
Me inclino inevitablemente (inevitablemente positivista y materialista) por considerar que el "núcleo" de una persona es su cerebro.

Un río: agua tallándolo y fluyendo a través (Rio Lena, Siberia,)
Claro que, de la misma forma en que un río no es sólo su cauce y tampoco lo es sólo el agua que corre por él, no podemos considerar al cerebro simplemente como órgano, como carcasa, sino como el soporte activo y dinámico en el que se van imprimiendo las vivencias y aprendizaje que, en última (y primera!) instancia constituyen a una persona y que a la vez son las que la conducen a adquirir más vivencias y aprendizaje.
Una persona es, así, causa y consecuencia de sí misma, delimitada por su entorno y sus condiciones iniciales.


O quizá sólo sea el invierno y se me congelan los pies...